DE CHIANG MAI A PAI

Como suele pasar cuando se escribe en un blog de viajes voy mas adelantado en mi periplo respecto a lo que estoy publicando, pero todo llegara. Ahora mismo me encuentro en Laos, concretamente en la ciudad de Luang Prabang, a la que he llegado despues de navegar durante dos dias por el rio Mekong en una especie de barcaza como la que veis en la foto, asi que ya podeis perdonar pero seguro que me entendeis si os digo que en lo que menos he pensado en los ultimos dias ha sido en ordenadores y teclados.



Tomare el relato donde lo deje la ultima vez narrando lo que fue el trayecto desde Chiang Mai hasta Pai, aunque en este capitulo no intentare emular a los grandes escritores de viajes, sino que profundizare mas en el aspecto humano, en gente que te cruzas por el camino y tienen una curiosa historia que hace pensar sobre la vida en si misma.



Bueno, para ir a Pai tome un minibus que tardo unas cuatro horas para recorrer unos ciento cincuenta kilometros en un continuo subir y bajar montanas. El viaje fue comodo porque aparte del chofer solo ibamos cuatro pasajeros. Un senor thailandes con su hija, un australiano y yo. Los thais apenas hablaban ingles, solo unas palabras, y yo de thailandes ni flores, asi que mi conversacion se centro con el australiano.



Clyde, que asi se llamaba el hombre, tenia setenta y siete anos, y me conto un poco la historia de su vida, que si bien al principio parece un poco triste al final del viaje habia conseguido emocionarme y me alegre mucho de haber conocido a este personaje. Resulta que Clyde no tiene familia, no pudo tener hijos y su mujer murio hace unos cuatro anos, cayendo el en una profunda depresion. Me conto que se paso un ano y medio sin salir apenas de casa, con las cortinas echadas y acostado todo el dia en el sofa con la television como unica companera. No hacia nada, apenas comia y se le estaba atrofiando el cuerpo y la mente, me dijo que simplemente se estaba dejando morir para reunirse cuanto antes con su mujer.

Pero un buen dia, a traves de no se que programa de television, dice que volvio a ver la luz, se le ilumino la mente, y se dio cuenta que nunca jamas habia salido de Australia, asi que fue a hacerse un chequeo medico, por suerte estaba mejor de salud de lo que esperaba y preparo una pequena mochila de unos cinco litros, metio algo de ropa, un pequeno botiquin con algunas medicinas y desde entonces no ha parado de moverse por el planeta.

Daba gusto ver a aquel hombre disfrutando de todo lo que veia. Yo me estaba quedando dormido con tanta curva, pero el no paraba de decirme "mira Oscar, mira aquellos arrozales", "mira esos campesinos alli arriba", "mira esos ninos banandose en el rio"... En sus viejos ojos se podia ver la misma curiosidad de un nino cuyas retinas van absorbiendo con sorpresa y asombro todas las cosas nuevas que les va ensenando la vida, me emociono conocerle, el tio habia recuperado toda la energia y mas de la que habia perdido desde la muerte de su esposa y demostraba la misma vitalidad que cualquier mochilero de veinte anos. Antes de irme de Pai le volvi a ver y me dijo que se iba a quedar alli unas dos o tres semanas, no tenia ninguna prisa y como tantos otros habia quedado atrapado por los encantos y el relajado ritmo de vida de ese pueblito, nos dimos un gran abrazo de despedida y nos deseamos mucha suerte. Pero para que os cuente como es la maravillosa Pai tendreis que esperar hasta el proximo capitulo. Besos para todos.